Beneficios de las mascarillas

¿Cuáles son los beneficios de las mascarillas faciales?
Las mascarillas no solo benefician a las capas superficiales del rostro sino también a las capas más profundas de la epidermis; son energía y nutrición para la piel. 
Estos son sus principales beneficios:
- Protegen la piel
- Aportan nutrición para mantener un rostro saludable
- Limpian en profundidad
- Mantienen la humedad en las capas profundas de la piel
- Exfolian y eliminan las células muertas
- Energizan
- Purifican
La función principal de las mascarillas faciales es limpiar de forma profunda para eliminar las impurezas y los poros del rostro y así luchar contra la aparición de acné y puntos negros.
Existen también mascarillas que además de limpiar, exfolian la piel y eliminan las células muertas. Son ideales para las pieles grasas y con exceso de sebo.

Hidratar el rostro es otro de los beneficios principales de las mascarillas faciales. Sus principios activos humedecen y nutren las capas más profundas de la dermis y ante climas fríos, el rostro permanece hidratado. 
Este tipo de mascarillas son perfectas para las pieles secas o maduras aportar luminosidad al rostro y purificar la dermis son otros de los beneficios. Determinadas mascarillas faciales llenan la piel de energía, la oxigenan y le devuelven a la dermis su luminosidad.
El rostro tendrá una sensación agradable de frescura, mejora la circulación y la textura.

Existen mascarillas indicadas para diferentes tratamientos específicos como mascarillas correctoras o con efectos antioxidantes y antiedad que reducen las arrugas, suavizan, devuelven la elasticidad y mejoran la firmeza de la piel.

¿Cómo se aplican las mascarillas faciales?
Si quieres saber cómo aplicar tu mascarilla de un modo sencillo y útil, sigue los siguientes pasos. ¡Son una parte importante de tu belleza diaria!
1. Aplica el producto sobre la cara limpia con las yemas de los dedos sin deslizarlos, solo a pequeños toquecitos. Si tienes alguna parte de tu rostro más delicada, procura no aplicar producto en exceso o utiliza uno adecuado para pieles sensibles.
2. Deja actuar la mascarilla durante unos 30 minutos, hasta que veas que va secándose.
3. A continuación, coge un algodón o toalla húmeda y ve retirando el producto poco a poco.
4. Con agua tibia, termina de lavarte el rostro para eliminar los restos.
5. Seca tu piel y utiliza un tónico para cerrar los poros y mostrar una piel limpia y revitalizada.
6. Por último, utiliza tu sérum y tu crema hidratante habitual. ¡Tu piel está completamente limpia!
El rostro es nuestra carta de presentación; por ello debemos mantenerlo con una apariencia sana y radiante. ¡Luce una piel llena de vida!

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